Primera Parte
Los análisis realizados hasta hoy sobre las revueltas ocurridas en Chile desde octubre del 2019, poseen muchos sesgos ideológicos y son altamente tendenciosas, ya que siempre defienden ideas propias a una corriente política clara ejemplo de ello es hacer un breve análisis al cómo se identifica o categoriza al fenómeno para comprender desde qué perspectiva se está revisando o explicando y que tan alejado se encuentra de la realidad.
Estallido social, estallido delincuencial, revolución del pueblo, el lumpen revuelto, la revolución socialista, revolución molecular disipada, octubre rojo, justicia social, y un largo etc.
Estas categorías expresan que la cuestión revolucionaria no es del todo clara dentro de los grupos que buscan resolver las problemáticas del poder, además y por sobre todo, se deben dejar de lado los intereses personales y de adherir a causas políticas-ideológicas para hacer una lectura real y seria de los hechos.
Así, las protestas de Chile han tenido un impacto importante en la región latinoamericana, pero estas revoluciones también se han inspirado de otras, es decir esto no es un modelo que haya comenzado en Chile particularmente, es cosa de ver lo ocurrido en Grecia en 2008, el movimiento de los Indignados del 15-M en 2011 español, los «chalecos amarillos» en Francia del 2018, o las revueltas en Hong Kong en junio del 2019, todas previas a la revolución Chilena.
Estas revueltas se inspiran en una lógica y siguen un patrón en común caracterizado por los siguientes puntos:
- Inexistencia de un líder visible
- Inexistencia o invisibilidad de un grupo o de un comité que dirige
- Opera bajo la lógica de ataque espontáneo y repliegue fugaz
- Actúa bajo una dinámica disipada, dispersa y borrosa
- Ataca a la subjetividad del modelo del poder imperante
- La apropiación territorial (física y simbólica) es un punto clave en la conquista de sus demandas
- Se impregnan signos y símbolos culturales propios que justamente buscan desmantelar los símbolos y signos del modelo imperante
De esta manera se asume que existen características que responden a un modelo de nuevo tipo revolucionario, donde la lógica de la revolución no es ni por la vía de la superestructura, ni de la infraestructura, es una revolución que se hace en todos lados, al mismo tiempo y de manera espontánea, rizomática, y que responde un deseo en común, a una concepción de ver los problemas y enfrentarlos de una forma no-violenta, de una forma transgresiva y no sólo por la vía de la agresión (esto es importante de remarcar, ya que la violencia no es el factor determinante, pero siempre puede estar presente como elemento que permite el repliegue y avance de las fuerzas).
El modelo de la revolución molecular, ha sido creado por el deconstructivista Félix Guattari y es un modo que opera desde la filosofía y la psiquiatría a través de un proceso de transformación individual que se produce a través de la creación de nuevas formas de subjetividad, de relación con los demás y con el entorno, que son capaces de generar cambios significativos en la sociedad en su conjunto.
Guattari sostiene que el cambio social no es solo el resultado de grandes movimientos políticos o sociales, sino también de transformaciones individuales a nivel microscópico que se extienden gradualmente a la sociedad en su conjunto. Según Guattari, estos cambios «moleculares» pueden desencadenar procesos de transformación social y política a gran escala o a nivel “molar”.
«Es una revolución de la percepción, de la subjetividad, una mutación molecular de la subjetividad. (…) Lo que sucede es que tenemos que crear y difundir nuevas prácticas, nuevos tipos de subjetividad, nuevas formas de estar juntos, nuevos tipos de relación con la naturaleza.»
Félix Guattari. «Entrevista sobre la revolución molecular»
Así entonces, el término «revolución molecular” pasa del campo de la psiquiatría y de la filosofía, a la aplicación en cambio de la política-ideológica. De esta manera el término ha sido utilizado por ciertos grupos para describir el carácter descentralizado y “espontáneo” de los fenómenos revolucionarios, donde lo radical es la práctica de la lucha por la subjetividad de las formas de poder.
Para caracterizar aún más estas manifestaciones es necesario comprende qué acciones precisas se llevaron a cabo, las protestas incluyeron :
- Marchas y manifestaciones pacíficas: los manifestantes se reúnen en grandes números y marchan por las calles para hacer visible su causa y demandas.
- Bloqueos de carreteras y puentes: los manifestantes bloquean el tráfico vehicular en áreas clave de la ciudad para llamar la atención y generar impacto.
- Acciones de desobediencia civil: los manifestantes pueden realizar actos de desobediencia civil, como sentadas (para impedir la circulación del transporte público), ocupaciones de edificios públicos o instituciones, huelgas de hambre, entre otros. Toma y/o quema de infraestructura crítica tanto pública como privada
- Tácticas de guerrilla urbana: algunos grupos pueden utilizar tácticas de guerrilla urbana, como el uso de bombas molotov, barricadas, piedras y otros objetos contundentes para enfrentar a la policía e impedir el flujo normal de la ciudad.
- Uso de tecnología de comunicación: los manifestantes pueden utilizar redes sociales, aplicaciones móviles y otros medios tecnológicos para coordinar sus acciones y difundir información. cacerolazos, huelgas y otros tipos de acción directa, tales como .
«No es necesario que todo el mundo haga lo mismo en el mismo momento. La proliferación de experimentos locales, de creaciones de subjetividades originales, es la única manera de construir progresivamente una alternativa generalizable.»
Félix Guattari, «Caosmosis», p. 133
Al movilizar a los individuos y con ellos a diversos movimientos sociales es que ha operado este modelo revolucionario en otros países. De esta manera es que las protestas en Chile han sido vistas como un ejemplo de cómo la ciudadanía puede organizarse para exigir cambios políticos y sociales, camino que han seguido a través de protestas similares en otros países de la región, tales como en el caso de Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia e incluso Estados Unidos. En algunos casos, estas protestas han llevado a cambios políticos importantes, mientras que en otros han sido reprimidas por la fuerza, pero lo más importante y donde radica el cambio fundamental es en la percepción de los sujetos frente al poder central, y es ahí donde está la subjetividad del modelo revolucionario. En general, las protestas han demostrado la necesidad de atender las demandas de la sociedad civil y de trabajar hacia una mayor justicia social en la región, pero ponen en jaque una forma de entender la política y de hacer política en base a la lógica de partidos, bajo la idea de nación y bajo los elementos que dieron orden a las distintas repúblicas.
Un camino a recorrer, sin dudas, una forma nueva de entender el sistema mundial, probablemente, pero es una puerta que se abre hacia nuevas formas de conflictos sociales e incluso entre estados o grupos que busquen obtener cuotas de poder, y que puede desencadenar procesos de cambio de conciencias a nivel mundial.
Prémiere partie
Les analyses effectuées jusqu’à aujourd’hui sur les émeutes survenues au Chili depuis octobre 2019 sont fortement biaisées et idéologiquement chargées, défendant toujours des idées propres à une certaine tendance politique. Un exemple clair est une brève analyse de la manière dont le phénomène est identifié ou catégorisé afin de comprendre selon quelle perspective il est examiné ou expliqué et dans quelle mesure il s’éloigne de la réalité.
Soulèvement social, émeute criminelle, révolution du peuple, la pègre en révolte, révolution socialiste, révolution moléculaire dissipée, octobre rouge, justice sociale, et ainsi de suite.
Ces catégories expriment que la question révolutionnaire n’est pas totalement claire au sein des groupes cherchant à résoudre les problèmes de pouvoir. De plus, il est essentiel de mettre de côté les intérêts personnels et d’adhérer à des causes politico-idéologiques pour réaliser une lecture réelle et sérieuse des faits.
Ainsi, les manifestations au Chili ont eu un impact important dans la région latino-américaine, mais ces révolutions ont également été inspirées par d’autres, comme on peut le voir avec les événements survenus en Grèce en 2008, le mouvement des Indignés du 15-M en Espagne en 2011, les «gilets jaunes» en France en 2018, ou les émeutes à Hong Kong en juin 2019, tous antérieurs à la révolution chilienne.
Ces émeutes s’inspirent d’une logique et suivent un schéma commun caractérisé par les points suivants :
- Absence d’un leader visible
- Absence ou invisibilité d’un groupe ou d’un comité directeur
- Fonctionnement selon une logique d’attaque spontanée et de retrait rapide
- Action selon une dynamique dispersée, éparse et floue
- Attaque à la subjectivité du modèle de pouvoir en place
- L’appropriation territoriale (physique et symbolique) est un point clé dans la conquête de leurs revendications
- Implication de signes et symboles culturels propres qui visent précisément à démanteler les symboles et signes du modèle en place
Ainsi, il est supposé qu’il existe des caractéristiques répondant à un modèle révolutionnaire de nouveau type, où la logique de la révolution n’est ni par la voie de la superstructure, ni de l’infrastructure, mais une révolution qui se produit partout, en même temps et de manière spontanée, rhizomatique, répondant à un désir commun de voir les problèmes et de les affronter de manière non violente, transgressive et non seulement par la voie de l’agression (ce point est important à souligner car la violence n’est pas le facteur déterminant, mais peut toujours être présente comme élément permettant la retraite et l’avancée des forces).
Le modèle de la révolution moléculaire, créé par le déconstructiviste Félix Guattari, opère depuis la philosophie et la psychiatrie à travers un processus de transformation individuelle qui se produit par la création de nouvelles formes de subjectivité, de relation avec les autres et avec l’environnement, capables de générer des changements significatifs dans la société dans son ensemble.
Guattari soutient que le changement social n’est pas seulement le résultat de grands mouvements politiques ou sociaux, mais aussi de transformations individuelles à un niveau microscopique qui se répandent progressivement dans la société dans son ensemble. Selon Guattari, ces changements «moléculaires» peuvent déclencher des processus de transformation sociale et politique à grande échelle ou à un niveau «molaire».
» C’est une révolution de la perception, de la subjectivité, une mutation moléculaire de la subjectivité. (…) Ce qui se passe, c’est que nous devons créer et diffuser de nouvelles pratiques, de nouveaux types de subjectivité, de nouvelles façons d’être ensemble, de nouveaux types de relation avec la nature.»
Félix Guattari. «Entretien sur la révolution moléculaire»
Ainsi, le terme «révolution moléculaire» passe du domaine de la psychiatrie et de la philosophie à l’application politique-idéologique. De cette manière, le terme a été utilisé par certains groupes pour décrire le caractère décentralisé et «spontané» des phénomènes révolutionnaires, où le radical est la pratique de la lutte pour la subjectivité des formes de pouvoir.
Pour caractériser encore plus ces manifestations, il est nécessaire de comprendre quelles actions précises ont été menées. Les protestations ont inclus :
- Marches et manifestations pacifiques : les manifestants se rassemblent en grand nombre et défilent dans les rues pour rendre visible leur cause et leurs demandes.
- Blocages de routes et de ponts : les manifestants bloquent la circulation routière dans des zones clés de la ville pour attirer l’attention et avoir un impact.
- Actions de désobéissance civile : les manifestants peuvent mener des actes de désobéissance civile, comme des sit-in (pour empêcher la circulation des transports en commun), l’occupation de bâtiments publics ou d’institutions, des grèves de la faim, entre autres.
- Prise et/ou incendie d’infrastructures critiques tant publiques que privées.
- Tactiques de guérilla urbaine : certains groupes peuvent utiliser des tactiques de guérilla urbaine, comme l’utilisation de cocktails Molotov, de barricades, de pierres et d’autres objets contondants pour affronter la police et perturber le flux normal de la ville.
- Utilisation de technologies de communication : les manifestants peuvent utiliser les réseaux sociaux, les applications mobiles et d’autres moyens technologiques pour coordonner leurs actions et diffuser des informations, des manifestations de casseroles, des grèves et d’autres types d’action directe, telles que.
» Il n’est pas nécessaire que tout le monde fasse la même chose au même moment. La prolifération d’expérimentations locales, de créations de subjectivités originales, est la seule manière de construire progressivement une alternative généralisable.»
Félix Guattari, «Chaosmose», p. 133
En mobilisant les individus et avec eux divers mouvements sociaux, ce modèle révolutionnaire a fonctionné dans d’autres pays. Ainsi, les manifestations au Chili ont été vues comme un exemple de la manière dont
a citoyenneté peut s’organiser pour exiger des changements politiques et sociaux, un chemin suivi à travers des manifestations similaires dans d’autres pays de la région, tels que la Colombie, le Pérou, l’Équateur et la Bolivie, voire les États-Unis. Dans certains cas, ces manifestations ont conduit à des changements politiques importants, tandis que dans d’autres, elles ont été réprimées par la force. Cependant, l’aspect le plus important, où réside le changement fondamental, est la perception des individus face au pouvoir central, et c’est là que se situe la subjectivité du modèle révolutionnaire.
En général, les manifestations ont montré la nécessité de répondre aux demandes de la société civile et de travailler vers une plus grande justice sociale dans la région. Cependant, elles remettent en question une façon de comprendre la politique et de faire de la politique basée sur la logique des partis, sur l’idée de la nation et sur les éléments qui ont donné de l’ordre aux différentes républiques.
C’est un chemin à parcourir, sans aucun doute, une nouvelle façon de comprendre le système mondial, probablement, mais c’est une porte ouverte vers de nouvelles formes de conflits sociaux, voire entre États ou groupes cherchant à obtenir des parts de pouvoir, et cela peut déclencher des processus de changement de conscience à l’échelle mondiale.
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